La llegada del primer lote de vacunas a Colombia de la farmacéutica Pfizer a mediados de febrero causó mucha inconformidad en la población y en diferentes sectores y agremiaciones. Principalmente por la cantidad de dosis, pues así como lo anunció el presidente fueron 50.000 vacunas procedentes de Bélgica que, en teoría, serían la primera parte de un cargamento de 1 ‘650.000 vacunas. Según Duque, se espera que se puedan vacunar alrededor de un millón de personas en los primeros treinta días de vacunación.
El 24 de febrero llegó al territorio nacional el segundo lote de vacunas Pfizer y BioNTech con un aproximado de 50.320 dosis. “serán aplicadas a los prestadores de servicios de salud, ubicados en ciudades capitales o en municipios que pertenecen a las áreas metropolitanas”, afirmó el Ministro de Salud, Fernando Ruiz.
“Esto lo vamos a alcanzar con hechos, no con discursos. Con patriotismo. Convocando a todos los sectores para que construyamos país. No con mentiras que nos dividen. La lucha contra el coronavirus es la lucha por la supervivencia de Colombia. No es una ocasión para el oportunismo político; no es el momento para la crítica facilista. Nuestra obligación como Gobierno Nacional es darlo todo por la vida de cada colombiano y por eso no nos dejaremos distraer con la política, cuando la historia nos demanda la mayor responsabilidad”, aseguró el primer mandatario.
Sin embargo y aunque el presidente dijo que no debe haber oportunismo político, desde que llegó el cargamento ha hecho todo lo contrario. El show mediático orquestado por el gabinete presidencial para recibir las vacunas se aleja mucho de la realidad de la adquisición de las dosis. Colombia fue uno de los últimos países en recibir las vacunas, además de ser pocas, por lo que no sólo empieza tarde la inmunización sino que no toda la población podrá acceder a ella.
Así como dijo el columnista Humberto Leyton, el realismo mágico de Cien Años de Soledad de Gabo sólo es comparable con la llegada de las vacunas al país. El extravagante recibimiento del pequeño lote en el aeropuerto de Catam pone en evidencia que en Colombia se celebra hasta cuando se pierde. Para ellos, los de arriba, lo importante no es vacunar a la población sino hacerse notar, tomar el crédito de un cargamento que, tras de que llega tarde, tampoco viene completo.
Tal es el caso del oportunismo político que en Sincelejo se organizó un desfile lleno de vehículos escoltados por decenas de tanquetas del Ejército sólo para hacer la entrega de casi 600 vacunas. “Absurdo que @IvanDuque y su ministro de Salud @MinSaludCol vayan a Sincelejo. El show fue con la llegada. Es ridículo y politiquero recorrer el país con las vacunas. Que gasten la plata de tanto viaje en pagar deudas con personal sanitario.”, escribió la periodista Salud Hernández en su cuenta de Twitter.
Otro ejemplo de la politiquería se vio en Sucre, cuando el gobernador Héctor Espinosa entró al Hospital Universitario de Sincelejo en medio de aplausos y festejos, aunque horas después se reveló el “detrás de cámaras” de la entrada, pues al parecer el que entró primero no fue el gobernador sino el jefe de vacunación departamental. Ante la entrada del hombre equivocado, se ve a un policía ordenar que se repita la entrada junto a los aplausos, otros replican la orden. La entrada se repitió, esta vez con aplausos y gritos falsos que celebraban la llegada de las dosis al departamento, sólo que ahora sí el gobernador entró primero, seguido del jefe de vacunación para recibir las vacunas.
Todo el show organizado por Duque, alcaldes y gobernadores tenían como fin aumentar la popularidad de los gobiernos. Estamos ante un Estado del espectáculo que busca lucrarse o beneficiarse de cada “avance” que se logra, aunque dichos avances sean mínimos.
La corrupción no da tregua y esta vez no iba a ser la excepción. Tres países de América Latina son señalados de corrupción: Argentina, Brasil y Perú. Sin embargo, pese a que Colombia no está entre los nombrados, ya se empiezan a ver síntomas de la pandemia del oportunismo y la corrupción. El 13 de febrero se incautaron en el aeropuerto El Dorado al menos 70 dosis que una mujer pretendía ingresar de forma ilegal.
A lo largo del país ya se reportan varias vacunas perdidas. En Armenia anunciaron cinco dosis desaparecidas mientras que en Pereira se contaron cuatro, para dar un total de nueve vacunas sin aparecer. “Podemos decir de manera concluyente que no hubo extravío de vacunas, las personas vacunadas fueron los médicos de primera línea, ninguno se vacunó sin claridad de que se aplicarán a quienes correspondían, no existieron procesos de mala fe ni fraudulentos”, dijo el director de Comfamiliar Risaralda, Maurier Valencia.
Pese a las diferentes controversias surgidas por la llegada de las vacunas, el presidente Iván Duque propuso el pasado viernes cinco de marzo la creación de centros de producción de dosis contra COVID-19. “Queremos convocar al sector privado farmacéutico nacional, ver cómo podemos unir esfuerzos entre el sector público y sector privado y desarrollar desde ya una capacidad para producir vacunas”, comentó el primer mandatario en la emisión de su programa Prevención y Acción. No obstante, aseguró que es un proyecto a mediano plazo y que podría tomar un número importante de tiempo o incluso varios años, pero que durante una conversación con el presidente de Francia Emmanuel Macron, éste le manifestó su intención de apoyar a Colombia en el proceso de fabricación de vacunas.
El Gobierno Nacional sigue trabajando para superar la meta de vacunar a un millón de personas entre el 17 y el 20 de marzo a un mes de haber iniciado la inmunización. “En la medida que lleguen más vacunas, tenemos que lograr nuestra meta de superar el millón de vacunados para el mes de marzo, particularmente entre el 17 y el 20 de marzo, cuando se cumplan los primeros treinta días desde el momento en el que inició el programa de vacunación”, finalizó el presidente Duque.
Por: Oficina de Comunicaciones
Federación Médica Colombiana
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