“Velamos por la profesión médica, por su ejercicio ético en condiciones laborales dignas y justas y por
la salud de los colombianos”.

Artículo 3º. Estatutos. Capítulo I

Órgano asesor y consultivo del Estado en materia de salud pública desde 1935 (Ley 67 de 1935 y Ley 23 de 1981).

Proyecto busca aumentar a ocho semanas el tiempo de los padres para estar con el recién nacido.

Por creencias y costumbres, la maternidad y la paternidad se ejercen de maneras muy desiguales, lo que ha generado que los hombres se distancien de las labores de cuidado y del aprovechamiento de la paternidad. A su vez, esto ha originado en las mujeres, más cargas de cuidado y menos oportunidades de autonomía, desarrollo y participación laboral. Para niños y niñas ha conllevado crecer con padres menos presentes y en muchos casos ausentes. Sin duda todo lo anterior nos plantea un panorama con un balance poco positivo como sociedad.

Para revertir esta situación, en el Congreso se tramita una iniciativa, conocida como proyecto de licencia parental compartida, que busca que el tiempo de licencia que tendrían los hombres para cuidar a sus hijos recién nacidos ya no sería de una semana, como rige la ley actual, sino de ocho semanas.

La propuesta, de los congresistas Juanita Goebertus, José Daniel López y Ángela Sánchez, además busca que el periodo de licencia para cuidar al bebé se pueda dividir entre el padre y la madre del menor, con el fin de que los hombres respondan por la crianza de sus hijos en un ejercicio de corresponsabilidad, pero también para eliminar que en los procesos de selección de personal se tenga como criterio si la mujer está en edad reproductiva o no. Esta iniciativa está a dos debates de convertirse en ley.

Justamente para analizar este tema, ONU Mujeres acaba de publicar un informe titulado ‘La ampliación de la licencia de paternidad en Colombia: análisis costo – beneficio y de impacto fiscal’, en el que la organización concluye que esta medida ayudaría a redefinir culturalmente el papel de padre, reduciría la brecha salarial y de empleo, contrastaría la idea de que contratar mujeres implica un mayor costo asociado a la maternidad, y aportaría a la corresponsabilidad en los cuidados de los hijos e hijas con impactos muy positivos en el cambio cultural hacia la igualdad.

“Por ejemplo, en lo relacionado con la crianza, en la medida en que las mujeres dejan de ser las únicas responsables, o las mayoritariamente encargadas, los hombres tendrán más oportunidades de asumir también estos roles de cuidado y de disfrutar del tiempo con sus hijos e hijas”, dice el documento.

Una de las barreras que limita el progreso de las mujeres en el mercado de trabajo es la gran cantidad de tiempo que dedican al trabajo doméstico y de cuidados, con respecto a sus pares masculinos. En Colombia, diariamente, las mujeres en promedio destinan siete horas y 14 minutos al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, es decir, el doble que los hombres, que dedican menos de cuatro horas a estas tareas.

Costos

No obstante, el informe pide al Legislativo colombiano revisar los costos que acarrearía esta propuesta para el sistema de salud, que es de donde salen los recursos para pagar las licencias de maternidad y paternidad.

“Se debe considerar que ampliar la licencia de paternidad requiere un esfuerzo fiscal importante, pero con amplios efectos en la igualdad. Según los datos de la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (PILA), la licencia de paternidad tiene un costo actual de 33.169 millones de pesos, valor que asume el sistema de salud y se financia con las cotizaciones que hacen los trabajadores formales y sus empleadores”, manifiesta el informe.

“Se debe considerar que ampliar la licencia de paternidad requiere un esfuerzo fiscal importante, pero con amplios efectos en la igualdad”

En este contexto, ampliar la licencia de paternidad de ocho días a ocho semanas significaría un costo, según ONU Mujeres, de 214.491 millones de pesos.

El esfuerzo fiscal de ampliar la licencia de paternidad es superior a lo que puede solventar el Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS), por lo que el aumento de la licencia requiere estudiar otras fuentes de financiación diferentes.

En todo caso, la organización recomienda buscar diferentes fuentes de recursos, así como se hizo hace algunos años cuando se aumentó de la licencia de maternidad de 14 a 18 semanas, esto con el fin de poder aplicar a cabalidad el aumento de la licencia también para los padres y buscar mayor equidad de género.

“La desigualdad en el trabajo de cuidado y la desigualdad salarial están interrelacionadas. En el 60 por ciento de 22 países analizados en un estudio reciente, se concluyó que las madres ganan menos que las mujeres sin hijos o hijas. Datos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México muestran que, en promedio, las mujeres de entre 30 y 39 años vieron disminuir sus ingresos cuando tuvieron niños o niñas”, evidencia el informe.

En contraposición, evidencia reciente sugiere un incremento en el ingreso de los hombres cuando se convierten en padres. Un estudio realizado en Estados Unidos halló que, en promedio, los ingresos de los hombres se incrementaron en más de 6 por ciento cuando tenían niños o niñas cohabitando con ellos, mientras que los de las mujeres decrecieron en 4 por cada niño o niña que tenían.

Esto se relaciona con nociones de género que consideran que los padres son más estables y comprometidos con su trabajo cuando tienen una familia a la que deben proveer. Por otro lado, suele operar un efecto de castigo a la maternidad, porque las mujeres con hijos pueden ser percibidas como más costosas, menos competentes o menos comprometidas con su trabajo.

El informe de ONU Mujeres finalmente presenta algunas de las razones por las cuales es clave incentivar el aumento de la licencia de paternidad

Beneficios para los hijos

Según diversos estudios, la participación de los padres está asociada positivamente tanto con el desarrollo de la estructura psíquica y emocional de los hijos e hijas como con su salud. Se ha demostrado que padres más involucrados en el cuidado de sus hijos o hijas generan mayor desarrollo emocional y social en ellos, incluido el desarrollo de la empatía, además de tasas más bajas de depresión, temor y falta de autoconfianza cuando llegan a ser jóvenes adultos. Asimismo, se observa en los niños y niñas un mayor desarrollo cognitivo y del lenguaje, así como un mejor rendimiento en la escuela

– Además, las hijas y los hijos que presencian la participación de los hombres en el cuidado diario son menos proclives a adherirse a normas rígidas relacionadas con el género. Cuando crecen, los niños que tienen padres involucrados están más predispuestos a sostener ideas más equitativas sobre el género; las niñas, una visión más empoderada de lo que significa ser mujeres y a aspirar a cumplir roles menos tradicionales.

– En contraposición, la paternidad ausente suele tener consecuencias para el desarrollo de las hijas y los hijos. No contar con un cuidador significativo tiene costos económicos y sociales que suelen afectar el ingreso familiar, dado el bajo pago de pensiones alimenticias en la región.

Beneficios para las madres

– Hay investigaciones que muestran que cuando los padres toman la licencia de paternidad, esto se traduce en un apoyo indirecto a la lactancia materna, reduce el estrés y la probabilidad de depresión posparto, cuestión que también repercute positivamente en la salud del bebé.

– El cuidado más equitativo de los hombres conduce a mejores relaciones entre parejas y puede vincularse con una reducción en las tasas de violencia de los hombres contra las mujeres. En los Estados Unidos, cuando los hombres contribuyen más en el hogar, las mujeres dicen que están más satisfechas en sus relaciones con sus parejas o esposos. Las parejas noruegas que experimentaron el mes designado de licencia para los padres

Cuando los hombres intervienen más en la custodia de sus hijas e hijos, la calidad del empleo de las mujeres mejora y las brechas salariales de género son menores. Es más probable que las mujeres que realizan la mayor parte del trabajo de cuidado no remunerado, tomen trabajos de tiempo parcial, o vulnerables, a menudo muy por debajo de sus niveles de habilidad.

Beneficios para los padres

La paternidad comprometida o activa beneficia a los propios padres, para quienes la relación filial es una de las más importantes fuentes de bienestar y felicidad. Los padres que mantienen interacciones cercanas, comprometidas y no violentas con sus hijas e hijos viven en promedio más tiempo, tienen menos problemas de salud mental o física, son menos propensos al abuso de alcohol y drogas y son más productivos en el trabajo. 

Beneficios para las empresas

Además, promover la corresponsabilidad de los cuidados familiares es una medida que promueve la participación laboral femenina. En ese sentido, más del 57 por ciento de las casi 13.000 empresas participantes de una encuesta realizada por la OIT (2019) en 70 países, señalaron que sus iniciativas a favor de la diversidad de género contribuyen a mejorar su rendimiento empresarial.

En casi tres cuartas partes de las empresas que promovieron la diversidad de género en cargos directivos se registró un aumento de su beneficio del 5 por ciento al 20 por ciento, porcentaje que en la mayoría de las empresas osciló entre el 10 por ciento y el 15 por ciento.

El 57 por ciento de las empresas señaló que dicha diversidad contribuyó de igual manera a atraer y retener a profesionales con talento. Más del 54 por ciento de las empresas manifestaron que constataron mejoras en materia de creatividad, innovación y apertura, y un porcentaje análogo de empresas identificó que la inclusión de género mejoró su reputación. Por último, casi el 37 por ciento reconoció que dicha inclusión permitió evaluar de forma más eficaz la opinión de sus clientes .

Por: JAVIER FORERO ORTIZ
TOMADO DE: ELTIEMPO.COM