Cristina Bautista. ¿Les dice algo este nombre? ¿Tiene algo que ver con salud? ¿Quién fue?
Cristina era gobernadora del resguardo indígena de Tacueyó en el Departamento del Cauca, Colombia; ya no lo es, porque recientemente fue asesinada con otros cinco líderes y guardias indígenas de su resguardo. Hoy en esta, la página oficial de la Federación Médica Colombiana, organización del sector salud, queremos destacarla y recordarla por dos razones: en primerísimo lugar, porque la violencia es la peor y mas agresiva forma de atentar contra la salud, más cuando su objetivo es la muerte de sus víctimas. En segundo lugar, porque Cristina Bautista, como gobernadora indígena, entre otros de sus objetivos, estaba también comprometida con garantizar el cumplimiento del programa de Salud de su comunidad, llamado PROYECTO DE SALUD INDÍGENA DEL CAUCA, existente desde 1982. Este programa, diseñado de manera autónoma por las comunidades organizadas en el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), dice desde un principio que “Sin lugar a dudas fueron las condiciones de marginalidad y pobreza las que vulneraron nuestra salud y afectaron nuestra armonía y bienestar. La desatención estatal y la falta de eficiencia en la prestación del servicio de salud había agravado esta situación”. El programa se concibió dentro de un proceso de recuperación de tierras y fortalecimiento de las costumbres, “ajustado a las necesidades de los pueblos indígenas, los planes y servicios de atención estatal en salud, así como la adecuación de la legislación nacional a las necesidades y procedimientos culturales, dentro de ellos la capacitación de agentes propios de salud”. El PROYECTO DE SALUD INDIGENA DEL CAUCA se ha desarrollado en el terreno de la capacitación en dos ejes: 1. Medicina indígena propia y 2. Medicina Facultativa. Como resultado, existen hoy 60 agentes comunitarios de salud, 142 promotores y 66 auxiliares de enfermería, indígenas todos ellos, capacitados en coordinación con la Dirección Departamental de Salud del Cauca. EL programa cuenta con una línea de educación y formación de médicos graduados en Medicina Tradicional Indígena; estudios sobre Territorio y Salud; Organización Comunitaria en Salud; Alimentación y salud; Etnoinvestigación en salud; Capacitación en Relaciones con el Estado y la medicina occidental. Su objetivo mas amplio es “establecer un proceso de aprendizaje, formación y orientación encaminado a fortalecer el proceso político organizativo en salud desde las comunidades indígenas”.
Todo esto se ha logrado a pesar de que la Ley 100 de 1993 “discriminó inicialmente a las poblaciones indígenas, pues el Congreso de la República no acogió en ese entonces el principio constitucional de diversidad ni tuvo en cuenta el Convenio 169 de la OIT”. Como resultado, los pueblos indígenas del Cauca, al igual que otras comunidades en el país, hicieron un gran movimiento para acoplar sus requerimientos al Sistema General de Seguridad Social en Salud, con lo cual lograron implementar una Administradora propia de Recursos del Régimen Subsidiado de Salud, que tienen como líneas de acción la consolidación de programas de salud, el fortalecimiento y revitalización cultural y las concepciones de salud de los pueblos Guambiano, Nasa, Yanaconas, Ambalueños, Kokonuko e Inkas, para “mantener el equilibrio y armonía de acuerdo a la Ley de Origen de cada pueblo”.
Uno de los temas en revitalización cultural es la Autonomía alimentaria, que tiene por objeto recuperar la alimentación propia, la educación en nutrición, la preparación de alimentos, el apoyo a la diversificación de la huerta familiar con semillas tradicionales y el trueque de productos. Esta “es una estrategia de resistencia de los pueblos indígenas a la situación de crisis social y política del país, a las tendencias capitalistas del consumismo y a las políticas de globalización (TLC, semillas transgénicas)”. Y lo cierto es que toda va fatalmente ligada a la tenencia de la tierra de los pueblos indígenas, de pertenencia ancestral, y a su defensa contra los intereses de expansión territorial de unas pocas familias caucanas, poseedoras de grandes extensiones, que cuentan con todo el apoyo del aparato estatal.
Por ahí es por donde podemos encontrar el nexo entre salud y asesinato de líderes sociales como Cristina Bautista. Hay concepciones distintas de salud, nutrición, producción y aprovechamiento de alimentos, que se enfrentan con violencia en lugar de aproximarse a través del respeto mutuo, el conocimiento y la aceptación de las diferencias. Hay enfrentamiento violento cuando quien agrede busca desde el comienzo la dominación y el doblegamiento del otro para beneficio propio. Hay aproximación pacífica cuando se aceptan concepciones diferentes susceptibles de conocerse y respetarse para beneficio y crecimiento mutuo.
Mientras prevalezca la ley 100 de 1993 y el actual sistema mercantil sea mantenido por los gobiernos a pesar de que la Ley Estatutaria de Salud plantee la necesidad de cambiarlo, las muertes por violencia o por enfermedades evitables debidas a la ineficacia de este modelo, que se nutre de la enfermedad y no promueve la salud, los indicadores de salud en Colombia continuarán ignorados, pues solo interesa su rentabilidad financiera.
SERGIO ISAZA VILLA, M. D. – PEDIATRA
PRESIDENTE
FEDERACION MEDICA COLOMBIANA