En las recientes semanas se filtró por la prensa un documento presentado por algunos ministros, con unas cifras que ponían en cuestionamiento el financiamiento de la reforma. Sin embargo, el 27 de febrero el Ministerio de Hacienda y Crédito Público emite un comunicado oficial en donde muestra las cifras de costeo del Proyecto de Reforma a la Salud, las cuales demuestran su viabilidad económica y señala que “fueron concertadas por los Ministerios de Salud y Protección Social y de Hacienda y Crédito Público.”
El Periodista Daniel Coronell en su reporte del 1 de Marzo señala que el lunes 27 de febrero se realizó una reunión en el Ministerio de Salud en donde “la voz principal, además de la Ministra era la del Economista Luis Jorge Garay, quien se había reunido con hacienda y planeación y les había explicado por qué, a su juicio, estaban equivocados los cálculos del documento filtrado a los medios y publicado el domingo anterior, y por qué debían ajustarse de manera que atiendan las variables que no habían sido tenidas en cuenta. Garay es un economista muy reconocido de MIT (Massachusetts Institute of Technology), ha sido investigador de las universidades de Oxford y Cambridge, asesor del BID y del BM; es decir, es una autoridad, una catedral en materia de economía y los funcionarios de hacienda le dieron la razón cuando él les explicó los cálculos”.
Y es que, si vemos la tabla 1 presentada por el Ministerio de Hacienda, la reforma contempla inicialmente un proceso de 9 años con costos cercanos a los 10.000 millones por año en donde se tendrá el tiempo para la construcción de los centros de atención, el saneamiento de los hospitales, el fortalecimiento de la red pública y el impulsar la formación de especialistas. Como se ha conocido, la reforma no cortará de tajo el modelo de atención actual pues el nuevo modelo irá constituyendo todo lo necesario para su funcionamiento hasta tener la capacidad de asumir la totalidad del sistema, será pues, una transición entre el modelo actual y el nuevo modelo.
De allí la insistencia en que el aseguramiento se mantendrá, pero sin intermediación privada; es que los recursos que mantienen al sistema de la salud ya están, pues una gran parte de ellos provienen de las cotizaciones que mensualmente hacemos al Régimen Contributivo y otra sale del presupuesto general de la nación, del Sistema General de Participaciones y de otras fuentes. La tabla 2 que presenta el Ministerio de Hacienda así lo demuestra:
Es sabido que una misión de alto nivel de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de Salud (OPS) estuvo el mes pasado conociendo la reforma y asesorando al gobierno sobre su viabilidad técnica y concluyó dándole su respaldo. Muchos países que han hecho reformas con principios similares a la que propone el gobierno hoy en Colombia, han experimentado resultados positivos.
La Reforma, sin duda, es una discusión de gran importancia y por eso mismo debemos participar en discusiones públicas para entender las perspectivas de diferentes grupos de personas, centrándolas en lo que realmente propone la reforma y no alegando sobre mentiras. La discusión es una herramienta valiosa para la democracia pues genera el intercambio de ideas y la aclaración de temas. Pero cuando las discusiones se basan en mentiras en lugar de argumentos, se genera la desinformación y se promueve una polarización política en donde el fanatismo supera las ideas, además de que se invisibilizan los problemas reales y se dificulta el avance hacia soluciones efectivas. Los líderes políticos, si de verdad se sienten servidores, deberían promover discusiones basadas en hechos que puedan ayudar a educar a la sociedad y a aumentar la conciencia sobre temas tan importantes como el de la Salud. Colombia merece un mejor modelo de atención y esta es una oportunidad para emprender ese camino.
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Por: Diego Camilo Figueroa
Oficina de Comunicaciones
Federación Médica Colombiana
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