Un estudio encontró que menos del 1 % de los miembros de los pueblos tsimane y mosetén padecen demencia. En otras partes del mundo esta tasa aumenta hasta el 11 %. ¿Qué podría explicar la diferencia?
En la Amazonia boliviana viven los tsimanes y los mosetenes, dos pueblos indígenas que desde hace años han sido parte de investigaciones sobre salud física y mental, dados sus hábitos de vida. Ayer, un grupo de investigadores dio a conocer que ambos pueblos tienen una de las tasas de demencia más bajas del mundo, de acuerdo a la investigación que publicaron en el Journal of the Alheimer’s Association.
Los científicos, en su mayoría de la Universidad de California del Sur, realizaron tomografías computarizadas del cerebro, evaluaciones cognitivas y neurológicas, además de cuestionarios adaptados a la cultura de los indígenas. En el estudio participaron 623 indígenas, de los cuales 435 eran tsimanes y los otros 169 mosetenes, todos mayores de 60 años.
El principal hallazgo de la investigación tiene que ver con los bajísimos casos de demencia que hallaron en estas poblaciones. En total encontraron solo cinco casos, lo que indica que menos del 1 % de esta población padece de estos síntomas, una de las tasas más bajas del planeta, si se tiene en cuenta que, por ejemplo, en los países de alto ingresos entre el 8 y el 11 % de los adultos mayores de 65 años tienen demencia.
La investigación realizó análisis genéticos en busca de respuestas que les permitieran encontrar las razones que explicaran tasas tan bajas. Sin embargo, como lo comentó Margaret Gatz, autora líder y profesora de psicología en la Universidad de California del Sur, “algo relacionado con el estilo de vida de subsistencia preindustrial parece proteger a los ancianos tsimane y moseten de la demencia”.
Esta hipótesis parece estar respaldada por análisis previos realizados en estas mismas comunidades. En un estudio de The Lancet publicado en 2017 se reveló que ambos pueblos poseen los corazones más sanos del mundo. Hace un año, otra investigación descubrió que el cerebro de los tsimane y mosetenes se envejecía un 70 % más lento en comparación de las personas de occidente.
“Estamos en una carrera por encontrar soluciones a la creciente prevalencia de la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas”, resaltó Hillard Kaplan, autor del estudio y profesor de Economía de la Salud en la Universidad Chapman, al recordar que, según estimaciones realizadas, para el 2050 los casos de demencia podrían triplicarse en el mundo.
Por su parte, Benjamin Trumble, coautor del trabajo y profesor asociado de la Universidad Estatal de Arizona, señaló que: “Al trabajar con poblaciones como tsimane y mosetén, podemos comprender mejor la variación humana global y cómo era la salud humana en diferentes entornos antes de la industrialización”. En el estilo de vida que llevan estas comunidades, pueden estar las pistas para atender la creciente prevalencia en los casos de demencia en el mundo, concluyeron los investigadores.
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