Albergues temporales en todo el país para romper una de las tantas barreras de acceso a la salud
Comunicaciones FMC | febrero 26 de 2024
Foto: Cortesía
La Ley 1751 de 2015 (Ley Estatutaria de Salud) en su artículo 6 habla de la “accesibilidad” (numeral C) definiéndola como: “los servicios y tecnologías de salud deben ser accesibles a todos, en condiciones de igualdad, dentro del respeto a las especificidades de los diversos grupos vulnerables y al pluralismo cultural. La accesibilidad comprende la no discriminación, la accesibilidad física, la asequibilidad económica y el acceso a la información”. Sin embargo, este principio del derecho fundamental a la salud se desconoce la mayoría de las veces. Es lo que sucede con las EPS cuando autorizan la prestación del servicio médico en un municipio diferente al de la residencia del o de la paciente y su acompañante, pero no garantizan el acceso físico a los centros de salud, acceso que en este caso implica transporte, alojamiento y alimentación, por hablar sólo de lo básico, lo que obliga a un gasto de bolsillo adicional por parte del usuario del sistema de salud. Los ciudadanos han tenido que recurrir a la tutela. Como afirman las investigadoras autoras del artículo “Albergues temporales como apoyo a la accesibilidad al tercer nivel de atención para poblaciones rurales dispersas: experiencias de pacientes y acompañantes”, “amparados en que la constitución colombiana posiciona el derecho a la salud como un derecho fundamental, ejecutaron una serie de litigios para que los jueces defendieran su derecho a tener servicios integrales de salud (sentenciasT-350/03, T-962/05, T-814/06 de la Corte Constitucional de Colombia). Como resultado, los jueces declararon a favor de eliminar los obstáculos que impiden garantizarlo. En consecuencia, el Ministerio de Salud y Protección Social ordenó a las aseguradoras que, si no disponen del recurso humano o tecnológico para la atención de un paciente en su lugar de domicilio, deben trasladarlo a los centros especializados y cubrir los gastos que se deriven de ello. Si los pacientes o sus familiares no tienen los recursos necesarios para hospedarse en la ciudad durante el tiempo necesario, las aseguradoras deben cubrir los gastos de alojamiento para ellos y un acompañante”. Pese a esta orden, los pacientes de zonas dispersas y con escasos recursos económicos que tienen que desplazarse a centros urbanos para ser atendidos, se ven sumidos en el total desamparo.
Para tratar de dar solución a esta situación de maltrato causado por unas empresas de salud que incumplen la ley a su antojo y que poco saben de compasión, se crean los “hogares de paso” o “albergues temporales”. Normalmente nacen de iniciativas no gubernamentales y de voluntariados inspirados en la obra cristiana. Son pocos en el país y no logran responder a la alta demanda de servicios, si se tiene en cuenta el alto porcentaje de población rural en Colombia. Un ejemplo más de cómo la caridad viene a reemplazar al Estado en sus obligaciones principales.
Es el caso del Hogar de paso Santa María de la Salud, ubicado en Cartago – Valle del Cauca, fundado gracias al apoyo económico de Monseñor Jairo Uribe Jaramillo, quien fuera el director de la Corporación Diocesana, benefactor de grandes causas sociales que murió recientemente. El hogar de paso, único en el municipio, recibe personas enfermas con su acompañante no sólo del norte del departamento sino también del Chocó. Nació en 2012 en una vivienda de alquiler. Desde febrero de 2019 funciona en una casa que el mismo religioso le entregó en comodato, por 10 años, a las 25 mujeres que trabajan como voluntarias que se distribuyen las tareas (limpieza, cocina gestión de recursos, venta de ropa usada…) y que hacen parte de una fundación con personería jurídica en la Gobernación del Valle. No reciben dineros del Estado ni de grandes empresas, se sostienen con los aportes que ellas hacen mensualmente, las donaciones y las contribuciones de uno que otro mecenas. María Consuelo Bedoya Arango, directora y representante legal, nos cuenta: “Cuando empezamos, conocimos el caso de un joven con VIH en condiciones muy difíciles. Le empezamos a llevar el almuerzo. Luego recibimos a un señor con tuberculosis, y también empezamos a llevarle comida. El joven del VIH se recuperó. La verdad es que sí es una necesidad, porque usted que se gana con que lo remitan a un tratamiento desde lejos y su acompañante no tenga unas condiciones dignas de estadía por falta de recursos económicos. Hay gente que no tiene los recursos. Incluso, a algunas personas que les dan el egreso también las atendemos, porque necesitan recuperarse antes de retornar a sus municipios”. Actualmente ofrecen 30 almuerzos diarios para personas que han estado hospitalizadas y viven en los alrededores. María Consuelo aprovecha para recalcar: “estos hogares de paso deben ser una política pública, pero hasta ahora no hemos tenido apoyo ni de la alcaldía ni de ningún sector. Si vienen a ayudarnos es a cambio de votos y nosotros no tenemos ninguna filiación política, somos una entidad de mujeres católicas, aunque no hacemos distinción de credo a la hora de servir, atendemos a cualquier persona”. Las únicas condiciones para prestar el servicio son: que los pacientes sean remitidos por el hospital. “En los pueblos nos conocen, entonces las EPS saben de nosotros, nos llaman, nos dicen: ‘viene una persona por tantos días o viene el acompañante, a veces toda la familia’. O la Pastoral de salud de los pueblos que también nos conoce, nos llaman y solicitan la atención. Acá se hace una ficha de ingreso de la persona, que debe pagar 5 mil pesos diarios por alimentación y alojamiento, ellos firman y queda claro que no nos hacemos responsables ni de su tratamiento médico ni de medicamentos ni de enfermería. Nosotros no tenemos los recursos”. Tenemos 12 camas individuales en habitaciones compartidas. No hacemos publicidad porque esto es un servicio a Dios, es un gesto de donación, procuramos tener el lema de los segundos puestos”. Trabajan con un lema:
La historia del Hogar de paso Santa María de la Salud da cuenta de la falta que le hace al país la existencia de más instituciones como esta, ojalá administradas por el gobierno local, departamental o nacional. Estos albergues temporales deben ser concebidos más allá de la idea de donación altruista o de obra de caridad y tienen que convertirse en una estrategia más para romper otra barrera de acceso a la salud.
Comentarios recientes