Cruzando los primeros 100 días del nuevo Gobierno, fuertes vientos se llevan las últimas reservas de calma y letargo en que la pandemia nos había sumido. Sus efectos económicos ya no son un pronóstico, las declaraciones sobre recesiones mundiales se escuchan desde diferentes partes del globo y la escalada inflacionaria se esparce por todos los continentes, afectando con ello todos los sectores sociales, incluida la salud.
En los últimos meses la escasez de medicamentos ha sido tema de primera plana, a pesar de que este tema siempre ha estado presente en el actual Sistema de Salud y venía en incremento desde antes de la Pandemia. La Ministra de Salud, Carolina Corcho, en recientes días ha señalado que “Hay varias causas que explican el desabastecimiento (…) hay un grupo de medicamentos que son escasos por un tema global, derivado de ausencia de materias primas, envases, empaques y productos terminados (…) un segundo grupo de medicamentos escasos, tiene que ver con la preferencia de prescriptores y pacientes por determinadas marcas comerciales (…) Otro grupo de medicamentos, tiene que ver con el control de medicamentos, en donde hay actores y proveedores a los que les es más rentable mantener los medicamentos en el canal comercial y no en el institucional (…) Hay otro grupo de medicamentos que tienen presiones regulatorias en donde hay unas exigencias de manufactura y de buenas prácticas que hacen que se desincentive la producción de estos.”
Por su parte, para el profesor José Julián López Gutiérrez, director del Centro de Información de Medicamentos de la Universidad Nacional de Colombia (CIMUN), el desabastecimiento en Colombia es el resultado de las tensiones entre “ la industria farmacéutica ofreciendo su mercancía, el Ministerio de Salud tratando de controlarla y regularla, y la sociedad –desde un enfoque individualista (sálvese quien pueda) y no solidario– exigiendo acceso a cuanta mercancía haya disponible, independientemente de su valor terapéutico o de los problemas de seguridad que ella acarrea.”
A este panorama, dice Néstor Álvarez Lara, de la organización Pacientes de Alto Costo, se suman las dinámicas de compras de medicamentos por parte de las EPS, en donde en algunos casos diseñan mal sus planes de compras o en muchos casos, por precio, las EPS le compra a un único laboratorio la molécula, sí ese laboratorio se queda sin esa molécula le queda mal a la EPS y la EPS informa a los pacientes que el medicamento esta desabastecido, a pesar de que esa molécula puede encontrarse en el canal comercial o la ofrecen otros laboratorios”
Para el Centro de Pensamiento de Medicamentos, Información y Poder de la UNAL, el desabastecimiento se entiende como “aquella situación en la que se presenta una ausencia total de un medicamento en el mercado por falta de oferta que supla la demanda. Esta situación no es precisamente la que se presenta en estos momentos en el país y que informan las entidades. Excepto en dos casos en los que se documenta un déficit de materia prima en el mercado internacional. Se trata más bien de un fenómeno de demanda insatisfecha, en distintos niveles de la cadena, especialmente en el denominado canal institucional.” Señalando que existen 4 factores que están influyendo en el desabastecimiento: la segmentación en la comercialización de medicamentos por canales, la falta de registro de la demanda insatisfecha, la confidencialidad de la información de oferta y la selección restringida de marcas por los encargados de la dispensación.” Para abordar el tema del desabastecimiento en Colombia es necesario hacer una revisión a la dinámica comercial de la distribución de los medicamentos, conocido como canales de comercialización.
La fuerza de la mercantilización de los medicamentos: canales de comercialización y deficiencias en el sistema informativo de medicamentos
La segmentación en la comercialización de medicamentos por canales refiere a que en Colombia se han constituido dos canales de comercialización de medicamentos, el comercial (Droguerías, Grandes superficies, etc) y el institucional (Clínicas, Hospitales, EPS) en donde las farmacéuticas juegan desde la lógica de mercado para sacar el mayor provecho posible distribuyendo las cantidades en una u en otra según sus planes de venta. De allí a que un medicamento puede estar desabastecido en su EPS pero en otra no, o la pueden encontrar en cualquier farmacia “Muchas veces nos han dicho las EPS que les ha tocado comprar 1000 unidades al mismo laboratorio en el canal Institucional pero los obligan a comprarle medicamentos en el canal comercial a precios más caros significando una desviación de presupuesto para las EPS” señala Álvarez Lara.
En entrevistas y reuniones que realizó el Centro de Pensamiento con aseguradores, operadores logísticos y mayoristas señalan que “Hubo coincidencia en que pudiera haber una priorización del abastecimiento del canal comercial por parte de algunas empresas, porque representan precios más altos frente a los negociados en el canal institucional.”
La rentabilidad de los medicamentos se ha entronizado en el sector farmacéutico llevando a una constante zozobra a los pacientes, casos como el de los fabricantes del producto y titulares de la licencia de la solución oral de Abacavir (se usa para tratar a pacientes con VIH/Sida) qué decidieron no producirlo más por considerarlos no rentables, se hacen cada día más comunes.
En este sentido Álvarez Lara, señala que hay laboratorios que por la escasez mundial de materias primas, el encarecimiento de las importaciones o el control de precios están “perdiendo rentabilidad y prefieren incumplirles a las EPS a tener que perder dinero, válido, pero nadie quiere dar la cara al problema y no hay un análisis completo de qué está dependiendo una escasez de medicamentos (…) El Ministerio no ha hecho claramente un análisis porque como no hay un sistema de información que indique que medicamentos están faltando todos los días, ni un reporte directo, ni tiene la información de los operadores, ni las EPS, entonces hizo un análisis muy general (…) no nos han dado los reportes ni por molécula, ni por grupo, ni por EPS diciendo en dónde esta escaso uno y en dónde esta escaso el otro”
Sobre esta falta de información el Centro de Pensamiento de Medicamentos, Información y Poder, de la UNAL, recomienda en su cuarto informe que “La Superintendencia Nacional de Salud y el Ministerio de Salud y Protección Social, implementen de forma prioritaria, un registro único de entrega de medicamentos similar a los módulos de entrega y suministro de MIPRES, que incluya todos los medicamentos.” Esto con el fin de “realizar un diagnóstico de mayor profundidad para entender las causas de por qué se están presentando dificultades de abastecimiento en los principios activos en los cuales las cantidades vendidas han permanecido iguales o han aumentado”
La falta de información y datos transparentes sobre la oferta y la demanda de los medicamentos en Colombia y las desigualdades evidentes de la oferta entre el canal comercial y el institucional, llevan a identificar las falencias que presenta el Sistema actual de Salud. La escasez de medicamentos, en primera instancia, evidencia la crisis del sistema diseñado en la ley 100, un “Sistema de Salud que ha entrado en esta lógica de mercado donde el medicamento deja de ser un bien social que ayuda a recuperar (no a producir) en parte la salud de las personas, para convertirse en una mercancía” dice el profesor López Gutiérrez del CIMUN.
Con este panorama se enfrentará el actual Gobierno en su búsqueda de una salud para la vida y no para el negocio como lo ha señalado en su plan de gobierno. Uno de los mecanismos de los que se habló en campaña fue el de reglamentar la Ley Estatutaria 1751 de 2015, la cual en el Artículo 23, reza:
“Artículo 23. Política Farmacéutica Nacional: se establecerá una Política Farmacéutica Nacional, programática e integral en la que se identifiquen las estrategias, prioridades, mecanismos de financiación, adquisición, almacenamiento, producción, compra y distribución de los insumos, tecnologías y medicamentos, así como los mecanismos de regulación de precios de medicamentos. “
Sin embargo, lo que se ha escuchado de parte del Ministerio es de una Reforma a la Salud que aún no se ha hecho pública por lo que muchos se han preguntado qué pasará con la Ley Estatutaria a pesar de que en campaña se hablaba de la su reglamentación. Para Álvarez Lara el tema de la Reforma es un incierto ya que “El Sistema de Salud no tiene un sistema de información intersectorial, en línea, entonces no podemos tener información de qué pasa, entonces debería existir un Sistema único de Salud, implementado, que permita tener información para luego hacer una Reforma a la Salud con información, entonces entraríamos a hacer una Reforma sin información para medir objetivos y beneficios.”
Lo que bien se sabe es que en un país como Colombia en donde se hacen más leyes de las que se cumplen, la voluntad política de este Gobierno por mejorar el acceso a la salud, se medirá en el mantenimiento de la unidad de la bancada en el Congreso y de la capacidad del Ministerio para actuar ante los retos desde lo que hay.
El acceso a medicamentos no se queda en el tema de los canales de comercialización o en las falencias del sistema de información en salud, por ello desarrollaremos en próximas entregas otros factores que están incidiendo en los problemas de abastecimiento de medicamentos tales como la regulación de los precios de medicamentos, la cultura de la priorización de marcas sobre los genéricos y la capacidad de producción de medicamentos en Colombia.
Por: Camilo Figueroa
Oficina de Comunicaciones
Federación Médica Colombiana
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