En octubre del pasado 2020 fue detectada por primera vez una nueva variante del virus del SARS-CoV-2 que se conoció como la Variante Delta. La India fue el escenario de su aparición y desde entonces ha estado prendiendo las alarmas, nuevamente, de todos los sistemas de salud de más de cien países en el mundo.
El nombre científico que recibe es B.1.617.2; sin embargo, pensaron que sería mejor llamarla por una letra del alfabeto griego en vez de nombrarla por su país de origen como las demás. De ahí nace el Delta, aquel nombre que ha recorrido las calles enteras de países europeos y americanos y que hoy en día domina la tasa de contagios por Covid-19 más alta en algunos territorios. Es la sucesora de las demás variantes después de la Alpha, Beta y la Gamma; todas, por supuesto, letales a su manera, pero diferentes de la Delta en lo que se conoce como la carga viral, pues ésta última puede tener hasta diez veces más posibilidades de propagarse que las otras.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, o CDC, en Estados Unidos la Variante Delta representa poco más del 80% de los casos diagnosticados, esto, en teoría, porque la nueva variante es mucho más transmisible que la cepa convencional del virus.
Ahora bien, ¿cuáles son los síntomas que los contagiados con la Delta presentan? Según diversos informes los portadores de la variante sienten cosas similares a la cepa original: dolor de cabeza, dolor de garganta y fluidos nasales. Sin embargo, el epidemiólogo británico Tim Spector afirmó que la fiebre también se ve, pero la pérdida del olfato ya no es un síntoma que caracterice al virus.
A su vez, la epidemióloga Celine Gounder estuvo presente en el programa The Ezra Klein Show del periódico The New York Times y afirmó que “Delta es diferente. Delta es más infecciosa que las cepas anteriores. Evita el sistema inmunológico de forma más eficaz que las cepas anteriores e incluso puede causar una enfermedad más grave que las cepas anteriores. Y esto se debe a que la variante Delta llega fundamentalmente a niveles mucho más altos de virus en la nariz y la garganta que las cepas anteriores”.
Por su parte, los CDC se pronunciaron al respecto con un controvertido documento filtrado en el que mencionan que, según ellos, la Delta es tan contagiosa o transmisible como la varicela y que cada persona infectada puede contagiar a ocho o nueve personas más. No obstante, algo que también llamó la atención tuvo que ver con el papel que juegan las vacunas con la nueva variante.
De acuerdo con los CDC, las personas que estén vacunadas no están del todo a salvo, pues si se llegasen a contagiar tienen la misma carga del virus que las personas no vacunadas. El pasado mes de julio los CDC recomendaron nuevamente el uso de mascarillas o tapabocas en personas ya vacunadas para disminuir los riesgos de propagación, así como la implementación del distanciamiento social con el fin de evitar un nuevo brote o que las variantes actuales puedan generar resistencia a las vacunas. A estas peticiones se unieron científicos respaldados por Nature Scientific Reports, en donde, además, dijeron que la vacunación no servirá por sí sola para evitar la propagación de las distintas variantes. A esto se suman las declaraciones del Scientific Pandemic Influenza Group on Modelling que dijo que la Variante Delta es entre 40 y 60% más transmisible que las demás variantes.
Actualmente en el mundo hay un total de 115 países que reportan contagios masivos de la Variante Delta o B.1.617.2. Algunos de los territorios con más casos de contagios por Delta son Estados Unidos, Francia, España, Portugal e Italia. Sin embargo, en Colombia ya se está viendo un aumento en los infectados por la nueva variante.
La Variante Delta en Colombia
El primer contagio que se presentó en el país por la Variante Delta fue el 24 de julio en Cali. Poco después el 4 de agosto se dio el segundo infectado en Cali y luego uno más el 5 de agosto en Santander.
Evidentemente el país no estaba y no está preparado para afrontar un cuarto pico de la pandemia por COVID-19. Sin embargo, diferentes centros o laboratorios, incluyendo a la Universidad Industrial de Santander (UIS), están trabajando para recopilar una mayor cantidad de muestras y así poder identificar rápida y efectivamente a las personas que se contagian con la Delta.
Ante la llegada de la nueva variante a Colombia, el Ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, aseguró por medio de su cuenta de Twitter que “es un hecho que la variante Delta está circulando en el país. Más que nunca debemos mantener uso de tapabocas, protocolos de distanciamiento y acudir a vacunación”, haciendo caso a las recomendaciones de intensificar nuevamente el uso obligatorio de elementos de bioseguridad.
Por otra parte, el Secretario Distrital de Salud de Bogotá, Alejandro Gómez, dio a conocer que para poder identificar la Delta en la ciudad se centraron en tres tipos de personas dentro de la población: las que vinieran del exterior, las que hubiesen estado hospitalizadas más tiempo de lo acostumbrado y otras de manera aleatoria. De tal forma y gracias a esos mecanismos, se tomaron casi 300 muestras en el mes de julio y como resultado del análisis se descubrió que cuatro de ellas correspondían a la Delta. Sin embargo, lo que más llamó la atención de los resultados fue que una de las personas con resultado positivo no estuvo en el exterior, es decir en otro país, sino que, al parecer, contrajo el virus estando en la ciudad. Esto quiere decir y confirma lo dicho por diferentes entes de salud, que la Variante Delta ha estado rondando por la capital y posiblemente por todo el país más de lo que creemos.
No obstante, para tener más certeza de los contagios, ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts y de la Universidad de Harvard en Estados Unidos consiguieron detectar el virus mediante una sencilla prueba de saliva. El test arroja un resultado después de aproximadamente una hora, pero según los ingenieros la toma de prueba mediante la saliva del paciente es más certera y eficaz que las pruebas convencionales por PCR.
Por otro lado, el dispositivo también puede detectar otras variantes de la Covid-19, lo que mejora el sistema de seguimiento a las diferentes variantes que existen en el mundo. Esto da cuenta de la importancia de desarrollar e implementar sistemas que permitan a los trabajadores sanitarios detectar con más rapidez, sin tanto peligro y con más eficiencia a las personas que sean positivas para Covid-19.
En Colombia se está lejos de poder tener dichos sistemas, pero la buena noticia es que al menos se planean construir muchos de esos aparatos que podrían costar entre dos y tres euros para así poder distribuirlos a diferentes partes del mundo. El país aún no tiene los recursos para experimentar y los ojos de la ciencia están puestos más que todo sobre las vacunas.
Ahora bien, la alta presencia de inmigrantes en el territorio nacional ha dificultado la tarea de tomar pruebas e inmunizar a la población. Sin embargo, conocer si un inmigrante tiene o no el virus también es fundamental, por lo que también se les deben tomar pruebas para que, en caso de arrojar un resultado positivo, se pueda actuar rápidamente y así evitar la propagación. El pasado mes de julio la vicepresidenta y canciller Marta Lucía Ramírez confirmó que algunas de las dosis que Estados Unidos donó a Colombia serán destinadas para la inmunización de ciudadanos venezolanos presentes en el país. Aquí se recalca la importancia de vacunar a dicha población, porque pese a no ser colombianos están habitando en el país y también pueden propagar el virus en caso de portarlo. Sin embargo, se desconoce una cifra exacta sobre la cantidad de pruebas PCR o de otro tipo que se les realiza a los inmigrantes, lo que hace más difícil la tarea de luchar contra la enfermedad por Covid-19.
Por: Prensa Oficina de Comunicaciones
Federación Médica Colombiana
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