“Velamos por la profesión médica, por su ejercicio ético en condiciones laborales dignas y justas y por
la salud de los colombianos”.

Artículo 3º. Estatutos. Capítulo I

Órgano asesor y consultivo del Estado en materia de salud pública desde 1935 (Ley 67 de 1935 y Ley 23 de 1981).

La ley del silencio parece imperar en el gigantesco hospital San José de Maicao. Quienes se atreven a hablar, se les suspende la OPS. A un grupo de científicos que se quejó ante la Superintendencia de Salud, ‘extrañamente’ no le renovaron sus contratos. La ‘Súper’, parece soslayar las denuncias y quejas.

El principal hospital de La Guajira, se encuentra intervenido desde 2016. Tres interventores han pasado por allí, pero ninguno ha entregado información. En junio próximo, terminará la intervención, pero al decir de los trabajadores, hay millonarias deudas, la Unidad de Cuidados Intensivos, siguen en manos de una empresa privada.

La Unidad de Cuidados Intensivos armada para atender la emergencia de Covid, no funciona en su totalidad. Están las camas con ventilación aportadas por el Ministerio de Salud y la empresa Cerrejón, pero lamentablemente no se han contratado a los intensivistas. O sea, no funcionan al 100%.

La única contratación importante generada en tiempos de intervención es la atención a los grupos de migrantes venezolanos. Parece que la deuda que el Estado tiene por este servicio supera los 43 mil millones de pesos. Nadie cobra.

Maicao tiene la mejor infraestructura hospitalaria en La Guajira. Sus instalaciones son modernas, cómodas, pero su administración no es la mejor. Antes de la intervención arrastraba una millonaria deuda, que hasta el momento no ha podido ser saldada, pese a que se han girado recursos para cumplir con los pagos.

En junio próximo terminará la intervención, pero, dicen los denunciantes, que se están dejando contratos ‘amarrados’ a las personas que apoyan las irregularidades que se vienen presentando en el primer hospital de La Guajira.

Hace unas horas, el médico anestesiólogo Frank Gámez Molina, denunció fallas en los equipos utilizados para las cirugía. Uno de los científicos informó ante la gerencia sobre las fallas y le pidieron que renunciara. Unas de las unidades cuyo sistema de alarma estaba sonando para advertir fallas en pleno procedimiento a un paciente, le anularon los sensores, ahora no se sabe, si realmente funcionan o no, poniendo en peligro la vida de las personas que son atendidas.

El relato del científico indica que las quejas se ha elevado ante el propio gobernador de La Guajira, Nemesio Roys Garzón, pero hasta el momento lo único que ha ocurrido es suspender los contratos a quienes se atreven a denunciar.

Por: Redacción
Tomado de: Elpulsocaribe.com